Conocer las características principales de los clientes es un paso importante para desarrollar los objetivos de un despacho jurídico. Así, la empresa podrá centrar sus esfuerzos comerciales en función de las necesidades de quienes pueden ser los clientes más potencialmente rentables para el negocio.
A continuación, se mencionan algunos de los factores a considerar para estudiar el perfil del cliente jurídico:
Factores demográficos y socioeconómicos: ¿quién es el cliente? Define su género, edad, estado civil, nivel de educación, ocupación, nivel de ingresos, entre otros.
Factores psicográficos: ¿cómo piensa el cliente? Determina cuáles son sus gustos, pasatiempos, intereses, valores, entre otros.
Factores generacionales: ¿a qué generación pertenece el cliente? Ayuda a determinar tendencias sobre su comportamiento.
Factores geográficos: ¿de dónde es el cliente? Permite conocer el entorno en donde se desenvuelve, su trabajo, su hogar, el clima, el número de habitantes, entre otros factores.
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